miércoles, 20 de enero de 2016

Gustavo Adolfo Bécquer:

¿Qué es poesía? Dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul;
¿Qué es poesía...? ¿Y tú me lo preguntas?
¡Poesía... eres tú!

martes, 5 de enero de 2016

Era niño, tendría 6 ó 7 años. Tras haber esperado despierto lo máximo que pude aguantar por ver si llegaban los Reyes Magos, caí dormido. Siempre me preguntaba cómo llegarían a mi habitación, si vivía en un tercero y no tenían llave. Sólo quedaba la opción de la ventana, que vigilaba un tilo altísimo y muy delgado y que con certeza no serviría para llegar hasta mí. Me desperté en mitad de la noche desvelado por un chasquido y noté algo de fresco: la ventana estaba abierta. Una figura en mitad de la oscuridad se movía, inquieta, de lado a lado. Sin hacer ruido salí de la cama para buscar el interruptor y pillarle in fraganti, pero ese ser pareció percatarse de mis intenciones. De un salto, y ondeando su capa roja y blanca en el aire, se agarró al tilo y se deslizó hasta la calle. No perdí detalle, asomado a mi ventana. Al llegar abajo, este señor (lo sé porque tenía barba) miró hacia arriba un segundo y luego se perdió en la noche. Emocionado por la visión, salí de mi habitación para contarle a mis padres lo que había vivido, pero no llegué hasta su cuarto. Junto a la estufa de leña y al pequeño belén que adornaba nuestro salón me topé con mis regalos. Y allí me quedé mirándolos, sin abrirlos, hasta que se hizo de día. Podría jurar que sucedió. Lo he jurado mil veces porque lo vi: lo vi con esos ojos de niño que no distinguen entre la realidad y la imaginación, y que son los que han de acompañarnos siempre cuando trabajamos con niños. Ojalá vuestros Reyes Magos os llenen de felicidad con los que tenéis alrededor, os refuercen en vuestra tarea de educar aunque a veces tengáis ganas de dejarlo todo, os animen cada día a hacer las cosas mejor que el día anterior, y dejen junto a vuestras estufas o bajo vuestros árboles esos regalos que podréis compartir con los niños y niñas que tenéis en vuestras manos. ¡A ser buenos! (César Bona)