viernes, 29 de enero de 2016
jueves, 28 de enero de 2016
miércoles, 27 de enero de 2016
domingo, 24 de enero de 2016
miércoles, 20 de enero de 2016
Gustavo Adolfo Bécquer:
¿Qué es poesía? Dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul;
¿Qué es poesía...? ¿Y tú me lo preguntas?
¡Poesía... eres tú!
en mi pupila tu pupila azul;
¿Qué es poesía...? ¿Y tú me lo preguntas?
¡Poesía... eres tú!
domingo, 17 de enero de 2016
sábado, 16 de enero de 2016
martes, 12 de enero de 2016
PERRAULT Y SUS CUENTOS Tal día como hoy, pero en 1628, nació un hombre que sentó las bases de cuentos infantiles tan populares como Pulgarcito, Barba Azul, Cenicienta, La Bella Durmiente, Caperucita Roja o El gato con botas. Como dato curioso,sus versiones no eran tan felices como las conocemos ahora. Los cuentos de Perrault fueron discutidos en asambleas literarias francesas y hasta se leyeron en voz alta en el palacio de Versalles. Aunque no se le pueda atribuir a Perrault la creación original de todas sus historias, él fue el encargado de convertir en literatura los cuentos y leyendas que habían sido transmitidas de forma oral desde varias generaciones atrás. Hoy Google le dedica su doodle. Gracias, Perrault. (Fuente: La Vanguardia)
sábado, 9 de enero de 2016
martes, 5 de enero de 2016
Era niño, tendría 6 ó 7 años. Tras haber esperado despierto lo máximo que pude aguantar por ver si llegaban los Reyes Magos, caí dormido. Siempre me preguntaba cómo llegarían a mi habitación, si vivía en un tercero y no tenían llave. Sólo quedaba la opción de la ventana, que vigilaba un tilo altísimo y muy delgado y que con certeza no serviría para llegar hasta mí. Me desperté en mitad de la noche desvelado por un chasquido y noté algo de fresco: la ventana estaba abierta. Una figura en mitad de la oscuridad se movía, inquieta, de lado a lado. Sin hacer ruido salí de la cama para buscar el interruptor y pillarle in fraganti, pero ese ser pareció percatarse de mis intenciones. De un salto, y ondeando su capa roja y blanca en el aire, se agarró al tilo y se deslizó hasta la calle. No perdí detalle, asomado a mi ventana. Al llegar abajo, este señor (lo sé porque tenía barba) miró hacia arriba un segundo y luego se perdió en la noche. Emocionado por la visión, salí de mi habitación para contarle a mis padres lo que había vivido, pero no llegué hasta su cuarto. Junto a la estufa de leña y al pequeño belén que adornaba nuestro salón me topé con mis regalos. Y allí me quedé mirándolos, sin abrirlos, hasta que se hizo de día. Podría jurar que sucedió. Lo he jurado mil veces porque lo vi: lo vi con esos ojos de niño que no distinguen entre la realidad y la imaginación, y que son los que han de acompañarnos siempre cuando trabajamos con niños. Ojalá vuestros Reyes Magos os llenen de felicidad con los que tenéis alrededor, os refuercen en vuestra tarea de educar aunque a veces tengáis ganas de dejarlo todo, os animen cada día a hacer las cosas mejor que el día anterior, y dejen junto a vuestras estufas o bajo vuestros árboles esos regalos que podréis compartir con los niños y niñas que tenéis en vuestras manos. ¡A ser buenos! (César Bona)
domingo, 3 de enero de 2016
Suscribirse a:
Entradas (Atom)